Radio Guayaba con Gusano

No hace mucho me enteré de que a esa cancioncita, a ese ritmo pegajoso que ronda y persigue por varios días, se le llama gusano sonoro. El mismo que todos conocen porque a veces no deja dormir con su paso musical. Un gusanito viscoso, insistente, que busca una presencia definitiva en la mente: desde la periferia hasta el núcleo y de regreso. Por todos los caminos posibles para escapar del olvido.

Con una cualidad parecida, persistente y sonora, nació la Radio Guayaba con Gusano (RGG), un colectivo de radio comunitaria pensado para convocar y crear con los niños y niñas del Distrito de Aguablanca. Para crear con todo lo que eso supone: aprender, discutir, probar, jugar… Ellos mismos nombran esta Radio como el merequetengue, el flow, la gozadera. Porque en ella festejan la vida y el barrio. Se enteran de los retos de la vida adulta, las historias de los vecinos, los problemas del sector. Imaginan y señalan otras salidas, mientras hacen resonar sus voces.


Este proyecto surgió en el 2018, en el barrio Marroquín I. Para sacarlo adelante, una suma de voluntades reunidas y dispuestas se inventaron las reglas del juego. Un pequeño grupo de jóvenes que se denominan “las guayabas maduras” son quienes dinamizan y dirigen las actividades. Uno de ellos les explica a los niños que la regla principal, en cualquier escenario, es el respeto. Más adelante, con un gesto de la mano simula la figura de un animalito. Una convención que ya todos conocen: un coyote con el hocico cerrado. Después del silencio, sigue la expectativa.

Cualquier cosa puede venir: leer un libro entre todos, planear la novena, entrevistar a los vecinos, hacer un juego sobre los roles de género, grabar un podcast, ver una película sobre el peligro de las sustancias psicoactivas, alistar las cosas para la ollada en la tarde… Pero esta vez solo nos vamos a presentar frente al micrófono, y a decir nuestra comida favorita.

Empecé a hablar con Jennifer mientras comprábamos dulces en la tienda de la esquina. Es ella quien se ocupa de recoger a cada uno de los niños y niñas, puerta a puerta, y pedirles permiso a sus padres para llevarlos a las actividades de la Radio Guayaba. La vecina, quien había abierto la tienda en su casa desde la pandemia, vio la oportunidad de enseñarnos toda su colección de ropa de la vitrina al ver que la conversación se extendía. “A mí sí me gusta comprarme mis cosas” me dijo Jennifer, luego de contarme que tuvo un tiempo de mucho desorden en su vida. Perdió dos años en el colegio y su único deseo era salir con sus amigas los fines de semana.

Jennifer Díaz tiene 17 años. Le gusta que le digan “J-Lo”, como llaman a la famosa actriz estadounidense. En el barrio lo aclara cada que puede: la Yei- lo. Y lo acompaña con una sonrisa pícara, que encuentra la complicidad de todos. A la Radio Guayaba empezó a asistir a inicios del año pasado, por la invitación de dos primos, aunque desde mucho antes Luis Castaño -fundador de RGG- le había insistido que fuera. Durante poco más de cinco meses participó de los ejercicios y juegos que proponían en el espacio. Para el 31 de octubre, día de los niños, ya lideraba con toda apropiación y entusiasmo varias actividades.

Cuenta que desde que participa en la radio comunitaria su perspectiva sobre la vida se expandió: la consciencia sobre el territorio que habita, la importancia de las memorias del barrio, las dificultades durante la adolescencia, el peso del machismo, la estigmatización y las creencias infundadas… En estos meses también sus sueños han ido tomando otra forma.

Ahora está terminando sus estudios en el colegio Gabriela Mistral, muy cerca de su casa. Dedica los sábados en la mañana a los niños de la Radio Guayaba; la única razón de peso que la mueve a madrugar en su día descanso. En unos años quiere estudiar Periodismo para contar, en sus palabras, historias arriesgadas. Reconoce la fuerza de su voz y sabe que tiene los argumentos. Para ella lo principal a la hora de liderar y relacionarse con los niños es saber que “no soy ni más ni menos que ellos”. Por eso piensa bien las palabras para referirse a cada uno y ante su llamado ellos atienden siempre. Además de liderar e idear nuevas propuestas para los niños, lo que más le gusta es sentirse escuchada.

Pasa Jennifer cada tanto, con toda la muchachada corriendo por la calle P14. La calle que llaman como una marca propia. La calle que los convoca; la de los juegos, los micrófonos y las risas. La que pareciera la única del Planeta, más cerca del Sol. Pasan por ella y subvierten el régimen cotidiano de la vida. Un régimen que a veces se presenta como duro e implacable, a sus ojos se puede -y se debe- empezar a cambiar. Expresándose libremente, entrevistando a los vecinos, preocupándose por la vida de los otros. Que cómo va el barrio, que cómo va el niño en el colegio, que porqué fulanito no volvió, que qué vamos a hacer para conseguir un lugar.

La Radio Guayaba con Gusano se ha articulado y ha nutrido varios espacios más a su paso, como la Feria Eco vegana de Cali, la Fundación Casa de Mono, la emisora Oriente Estéreo, el colectivo Noís Radio y el Festival Oír Más Radio de la Universidad del Valle. Recientemente fueron invitados a participar del Encuentro Nacional de Infancia, Juventud y Medios, celebrado en Bogotá.

Este proyecto de comunicación para el cambio social inició con recursos propios y se sostiene gracias a recursos obtenidos mediante Convocatorias de la Alcaldía y del Ministerio de Cultura. Su centro es la radio, pero a futuro sueñan también trabajar el lenguaje audiovisual con los niños y niñas. Este año recibieron el reconocimiento a narrativas y referentes culturales juveniles de la convocatoria de Estímulos del Ministerio de Cultura. También fueron nominados en el Premio de Periodismo Alfonso Bonilla Aragón en la categoría de Periodismo Comunitario con la serie Pacífico Mujer: cartografía del cuidado del Pacífico colombiano en Cali.

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